La herencia es parte de ellos. Siendo la quinta generación de la familia Gramona hoy en día persisten con la tradición vitivinícola familiar, la cual gracias al valor que tienen por sus costumbres les hizo recuperar el cariño y enfoque en el viñedo.
Creen fielmente que sus zonas en las tierras de las cuencas de los ríos Noia y Bitlles hacen posible la elaboración de un espumoso digno de estar en la mesa alado de los mejores del mundo. Durante esta quinta generación han empezado a elaborar vinos tranquilos y dulces con la ambición de reflejar en ellos sus paisajes y su terruño, complaciendo a los amantes del vino. Fieles a una filosofía sostenible para su entorno, recurren a la agricultura ecológica y a la biodinámica en el cultivo de sus viñedos