Monte Real simboliza la autenticidad y la esencia de la centenaria Bodegas Riojanas, y lo consideran el reflejo del más valioso legado familiar.
Las primeras botellas nacieron en 1933 a partir de la visión del francés Gabriel Larrendant, Enólogo de Bodegas Riojanas por entonces. Larrendant reconoció el potencial del viñedo El Monte (Cenicero, Rioja Alta) para elaborar vinos que se convirtieran en el alma de Bodegas Riojanas.
Desde sus inicios, los vinos de Monte Real hablan con orgullo de su origen riojano y de la singularidad de un viñedo único. Trabajan pequeñas parcelas, más de la mitad catalogadas como “Viñas Viejas” plantadas hace más de 40 años. El conocimiento del viñedo es la fuente de innovación en Monte Real.